Es una metodología creada por Laura Gutman, al servicio de la indagación personal. 
El objetivo final es descubrir qué nos pasó cuando fuimos niños y que hicimos con eso, para poder comprender nuestra realidad emocional del adulto que somos hoy. Y de esta manera, poder tomar mejores decisiones en nuestra vida cotidiana.

Consiste en caminar con vos apoyándonos en la cronología, comenzando en el momento en que naciste hasta tu momento presente. 
Los primeros años de vida son los más importantes porque es cuando se graban los patrones que luego repetimos a lo largo de nuestras vidas. 
Luego exploramos tu adolescencia, que es el tiempo de la vida cuando comenzamos a constituir el personaje, que es el mecanismo de supervivencia.
De ahí abordamos tu juventud. Y, finalmente, tu actualidad. 
En todo ese proceso te acompaño con mis preguntas para que puedas observar tu historia desde una perspectiva más amplia. 
Voy poniendo palabras, nombrando, muchas situaciones que quedaron en la sombra.

Es un punto de vista diferente para investigar la propia historia personal porque es una terapia aplicada para quien no tiene paciencia ni tiempo.
Como dice Laura Gutman, la Biografía Humana no es la única metodología de indagación personal, pero es rápida, eficaz, contundente y directa.

Cada proceso es particular. 
Lo que suele suceder es el orden interno. 
Le pones luz y palabras a lo que sentís.
Identificás los mecanismos de supervivencia emocional que desarrollaste en etapas tempranas de tu vida, pero que en la vida adulta no te sirven.
Te da una mirada más amplia, profunda y al mismo tiempo más sencilla de la realidad.
Entendés por qué te pasan ciertas cosas en la vida y te sentís con mayor poder de decisión.

Uf, qué pregunta difícil de responder… Porque la respuesta siempre va a comenzar con un DEPENDE…
Pero si necesitás una respuesta directa y franca, te diría: la BH cambia la forma de ver la propia vida. Y como todo cambio, al principio trae su cuota de dolor inevitable. 
Las primeras sesiones son muy reveladoras. 
Comenzás a atar cabos, entendés. Te das cuenta de que debés perdonar, te das cuenta de dónde hay que correr o poner los límites. 
Para algunos, eso resulta desconcertante y apabullante. 
Para otros es apasionante y hasta divertido. 
A todos nos da vértigo…

Llega el momento, y puedo decirlo por experiencia propia, que las piezas del rompecabezas empiezan a encajar unas con otras y todo el trabajo de reconstrucción de vida cobra sentido.
Los consultantes agradecen los momentos álgidos del proceso por las grandes liberaciones que les traen. Toman conciencia del personaje que construyeron para sobrevivir. Se permiten escucharse a sí mismos, acercarse y sentir su SER ESENCIAL. 
Al final, coinciden en que su vida mejora en aspectos fundamentales que llevaban años rumiando.
También pueden entender que lo mismo les pasa a los demás. Eso ayuda a relacionarse desde una postura más empática y abierta